DESCRIPCIÓN
DE LAS PINTURAS DE: CAPILLA SIXTINA, ESTANCIAS VATICANAS DE RAFAEL, ÚlTIMA CENA.
CAPILLA SIXTINA
Los frescos de la capilla sixtina:
- Pared sur:
La pared sur está decorada con los frescos de La vida de Moisés, pintados entre 1481 y 1482. Partiendo desde el altar, son:
- Vuelta de Moisés a Egipto y circuncisión de Eliezer, de Pietro Perugino y ayudantes.
-Pruebas de Moisés, de Sandro Botticelli y ayudantes.
-Paso del Mar Rojo, de Cosimo Rosselli, Domenico Ghirlandaio o Biagio d'Antonio.
-Descenso del Sinaí, de Cosimo Roselli y ayudantes.
-Castigo de los rebeldes, de Sandro Boticelli.
-Testamento y muerte de Moisés, de Luca Signorelli y Bartolomeo della Gatta.
- Pared norte:
La pared norte alberga los frescos de La vida de Cristo, también pintados entre 1481 y 1482 y que incluyen:
-Bautismo de Cristo, de Pietro Perugino y ayudantes.
-Tentaciones de Cristo, de Sandro Boticelli.
-Vocación de los Apóstoles, de Domenico Ghirlandaio y ayudantes.
-Sermón de la montaña, atribuido a Cosimo Rosselli.
-Entrega de las llaves a San Pedro, de Pietro Perugino.
-Última Cena, de Cosimo Rosselli.
- Pared oeste:
En la pared oeste hay dos frescos que sustituyen a los originales, pintados por Ghirlandaio y Luca Signorelli respectivamente, que fueron destruidos por el hundimiento del arquitrabe de la puerta en 1522:
-Resurrección de Cristo, de Hendrick van den Broeck (1572), sobre el original de Ghirlandaio.
-Disputa sobre el cuerpo de Moisés, de Mateo Pérez de Alesio (1574), sobre el original de Luca Signorelli.
ESTANCIAS VATICANAS DE RAFAEL.
Las cuatro estancias, llamadas “de Rafael”, eran parte de los aposentos situados en el segundo piso del Palacio Pontificio, escogidos por Julio II della Rovere (pontífice desde 1503 hasta 1513) para su residencia personal y utilizados también por sus sucesores. La decoración pictórica fue realizada por Rafael y sus discípulos entre 1508 y 1524.
Estancia de Constantino
La sala, destinada a recepciones y ceremonias oficiales, fue decorada por la escuela de Rafael, basándose en los dibujos del maestro, muerto prematuramente antes de acabar los trabajos (1520). Ésta coge el nombre de Constantino (306-337 d.C.), primer emperador romano en reconocer oficialmente la religión cristiana y conceder la libertad de culto. En las paredes se hallan representados cuatro episodios de su vida que testimonian la derrota del paganismo y el triunfo de la religión cristiana: la Visión de la Cruz, la Batalla de Constantino contra Majencio, el Bautismo de Constantino y la Donación de Roma.
Estancia de Heliodoro
Esta estancia estaba destinada antiguamente a las audiencias privadas del pontífice y fue decorada por Rafael inmediatamente después de la estancia del Sello. El programa pictórico es político, con miras a documentar, en diferentes momentos históricos desde el Antiguo Testamento hasta la época medieval, la milagrosa protección concedida por Dios a la Iglesia amenazada en su fe (Misa de Bolsena), en la persona del pontífice (Liberación de San Pedro), en su sede (Encuentro de León Magno con Atila) y en su patrimonio (Expulsión de Heliodoro del templo). En la bóveda tocan a Rafael los cuatro episodios del Antiguo Testamento, mientras que en los grutescos y arcadas se conservan algunas partes que se atribuyen a Luca Signorelli, Bramantino, Lorenzo Lotto y Cesare da Sesto: éstas se remontan a la primera decoración encargada por Julio II a comienzos de su pontificado, interrumpida y luego sustituida por la actual, debido a la enorme admiración despertada en el pontífice de los primeros frescos de Rafael en la Estancia del Sello contigua.
Estancia del Sello
La Estancia del Sello contiene los frescos más famosos de Rafael, los cuales constituyen los inicios del gran artista en el Vaticano, señalando asimismo el comienzo del Renacimiento. La habitación toma el nombre del más alto tribunal de la Santa Sede, la "Segnatura Gratiae et Iustitiae". El programa iconográfico fue establecido, sin lugar a dudas, por un teólogo, y se propone representar las tres categorías máximas del espíritu humano: la Verdad, el Bien y la Belleza. La Verdad sobrenatural se describe en la Disputa del Santísimo Sacramento (o la teología), mientras que la racional en la Escuela de Atenas (o la filosofía); el Bien se expresa en la representación de las Virtudes Cardinales y Teologales y de la Ley, mientras que la Belleza en el Parnaso con Apolo y las Musas. Los frescos de la bóveda se unen a las escenas ubicadas abajo: las figuras alegóricas de la Teología, Filosofía, Justicia y Poesía aluden, en efecto, a las facultades del espíritu pintadas en las paredes correspondientes.
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Estancia del Incendio del Borgo
La estancia fue utilizada durante el pontificado de Julio II (pontífice desde 1503 hasta 1513) para las reuniones del más alto tribunal de la Santa Sede. A esta función están ligadas las pinturas de la bóveda, encargadas por el papa a Pietro Vannucci, llamado el Perugino, en 1508. En la época de León X (pontífice desde 1513 hasta 1521) la estancia fue destinada a comedor y el encargo de pintar al fresco las paredes fue dado a Rafael, quien confió gran parte de su realización a sus alumnos. El trabajo fue terminado entre 1514 y 1517. Los frescos ilustran las aspiraciones políticas de León X. En las monocromías del zócalo se describen seis figuras sentadas de emperadores y soberanos protectores de la Iglesia.
LA ÚLTIMA CENA
Una de las
principales obras de Leonardo da Vinci, muestra una estudiada representación de
la reacción de los apóstoles ante el momento en que Jesús anuncia que será
traicionado por uno de ellos. Realizada entre 1495 y 1498, la “Santa Cena” fue
un encargo de Ludovico Sforza, Duque de Milán. Se ubica en el refectorio del
convento de Santa Maria delle Grazie en Milán, Italia.
Su tamaño es de 460cm*880cm.
En la parte
superior de la pared se encuentran tres lunetas, las que, junto con delinear
una división proyectada sobre la pintura, están adornadas por los escudos de la
familia de quien encargó la pintura, el Duque de Milán y su familia.
Distintos
dibujos y escritos encontrados dan cuenta de un intenso estudio fisionómico que
el autor realizó para poder representar los rostros y movimiento de las cabezas
de los discípulos.
Leonardo utilizó una desfavorable combinación de técnicas, orientada a realiza la obra durante un largo plazo. Sobre una doble preparación en el muro, realizaba sus detallados trazos no al fresco sino que al óleo con tempera.
La imprimatura, consistente en dos capas de yeso pulido, no lograron frenar la humedad (propia de la ciudad) y vapor de la cocina cercana. Esto provocó tempranamente el deterioro de la pintura.
El centro de la composición se encuentra en la cabeza de Cristo, restauradores han encontrado un agujero utilizado por Leonardo para trazar las líneas constructivas de la perspectiva. Es al centro donde confluyen las líneas de perspectiva, realzando el protagonismo de Jesús. Las tres ventanas del fondo entregan una profundidad de infinito y un efecto de contraluz.
Leonardo utilizó una desfavorable combinación de técnicas, orientada a realiza la obra durante un largo plazo. Sobre una doble preparación en el muro, realizaba sus detallados trazos no al fresco sino que al óleo con tempera.
La imprimatura, consistente en dos capas de yeso pulido, no lograron frenar la humedad (propia de la ciudad) y vapor de la cocina cercana. Esto provocó tempranamente el deterioro de la pintura.
El centro de la composición se encuentra en la cabeza de Cristo, restauradores han encontrado un agujero utilizado por Leonardo para trazar las líneas constructivas de la perspectiva. Es al centro donde confluyen las líneas de perspectiva, realzando el protagonismo de Jesús. Las tres ventanas del fondo entregan una profundidad de infinito y un efecto de contraluz.
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