El
camino de Santiago
En
el siglo IX el monarca que gobernaba en ese momento Asturias, Alfonso II, se encontraba en Oviedo cuando la noticia de
que se habían encontrado los restos del Apóstol Santiago llegó a su
conocimiento. Ante la importancia de la noticia, el propio monarca se movió
desde el lugar donde se encontraba para poder comprobar con sus propios ojos
que este hecho era verídico, siendo el primero en realizar un tramo del Camino Primitivo y
convirtiéndose, en el primer peregrino
del Camino de Santiago.
Una vez que se aseguró del hallazgo,
el propio monarca ordenó que en ese lugar se construyera un sepulcro para que
todo aquel que lo deseara pudiera rendirle culto, comenzando el peregrinaciones
desde todos los puntos de España y buena parte de Europa.
Con la noticia recorriendo cada vez más
lugares y el sepulcro ya construido, muchas eran las personas que visitaban a
diario el sepulcro del Apóstol para mostrar sus respetos. Sin embargo, no fue hasta que Carlomagno consiguió
que los caminos que conducían allí fuera mucho más seguros, que el número de
visitantes ascendio.
Peregrino haciendo el Camino de Santiago.
Catedral de Santiago de Compostela .
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